La capacidad de generar electricidad aplicando de presión, conocida como piezoelectricidad directa, es una propiedad de materiales como el cuarzo, capaces de convertir la energía mecánica en energía eléctrica y viceversa.

Pero ahora, investigadores del Instituto Bernal de la Universidad de Limerick (Irlanda) han descubierto que la aplicación de presión a una proteína, que se encuentra en las claras de huevo y las lágrimas, puede generar electricidad. Los autores del estudio, que se publica en Applied Physics Letters, observaron que la proteína lisozima es abundante, además de en claras de huevo de aves y en las lágrimas, en la saliva y la leche de mamíferos.

La estructura de los cristales de lisozima se conoce con precisión desde 1965, y son fáciles de elaborar a partir de fuentes naturales, dicen los autores, que añaden que el descubrimiento puede tener aplicaciones de gran alcance. Afirman que, al ser un material biológico, no es tóxico, y por eso podría tener muchas aplicaciones innovadoras, tales como revestimientos electroactivos, antimicrobianos para los implantes médicos.

Siendo naturalmente biocompatible y piezoeléctrica, la lisozima podría presentar una alternativa a los colectores de energía piezoeléctricos convencionales, las aplicaciones futuras del descubrimiento pueden incluir la liberación de fármacos en el cuerpo usando lisozima como una bomba fisiológicamente mediada que limpia la energía de su entorno.

La electricidad cumple innumerables funciones en nuestra vida cotidiana.